Antes de entrar "a trapo" con ello, me gustaría hacer una pequeña reflexión. Cuando escribo en este blog, lo hago movido por el mismo sentimiento que, supongo, les embargaba a los locos que se ponían a gritar en medio la plaza del pueblo, desquitarme de lo que les ronda por la cabeza. Es posible que algún despistado se pare a escuchar, e incluso alguno me de la razón, pero no me engaño pensando que puedo convencer a alguien, pues los que llegan hasta aquí seguramente ya pensaban lo mismo antes de leerme, o al menos algo parecido. Por eso, en las anteriores entradas, si no se siente empatía por Shibila y su drama, o no se comparte las premisas con las que Singer desarrolla su alegato a favor del aborto, dificilmente se canviará la opinión al respecto. Es por eso que en esta ocasión trataré el asunto desde un punto de encuentro fácilmente asumible: lo mencionado en la Constitución y en la Declaración de los Derechos Humanos.
Para que una ley sea apicable en España esta no debe entrar en conflicto con lo mencionado en La Constitución. Incluso tenemos un tribunal que vela para que esto sea así. La pregunta que cabe plantearnos entonces es: ¿Esta ley es constitucional?
Esta ley hace hincapié a los derechos fundamentales del ser humano (el derecho a la vida y a la libertad de disponer de tu propio cuerpo). Con respecto a todo ello, en la Constitución sólo encontré un artículo que hable sobre ello, que es el siguiente:
Artículo 10.2: Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la
Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las
mismas materias ratificados por España.
Gallardón, cuando presentó esta ley en el Parlamento, la defendió señalando el Artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que viene a decir que todos tenemos los mismos derechos sin importar raza, sexo, condiciones físicas, etc. Según el Ministro, esto quiere decir que un feto malformado o no deseado tiene el mismo derecho a vivir que uno que es buscado por la madre. ¿Pero es posible hacer una lectura tan torticera de la Declaración?
Pues en verdad, si te pones a leer esta Declaración, no se tarda en descubrir que la interpretación del ministro esta "sacada de la chistera". Sin ir más lejos, el artículo 1 dice:
Artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente
los unos con los otros.
Has leído bien, dice NACE, no "nacerá" o "es concebido" ni ningún verbo en el que pueda caer la definición de feto (o nasciturus, "el que va a nacer", como se emperran ahora en decir los pro-vida). Esto es así, a mi suponer, porque si se empleara un verbo que permitiese incluir futuribles en las leyes, podríamos caer en un reductio ad absurdum tales como: "la masturbación masculina es un genocidio brutal" (a ver quien es el guapo que se pone a prohibir el onanismo ahora). Una ley para que sea considerada "justa" debe tener bien definidos los límites de actuación pues sino se podría caer en un empleo arbitrario e interesado de la misma.
Volviendo al Artículo 1, el feto, al no haber nacido no dispone de ningún derecho. Por consiguiente si se le aborta no se esta vulnerando nigún derecho. El derecho a la vida sólo la tienen las personas nacidas, no los nasciturus. Tal como dijo Parménides "el no-ser no es" (vale... no estuvo aquí muy lucido, pero para el caso ya nos vale).
Entonces vemos que el feto no tiene derechos. ¿Pero se habla algo en la Declaración sobre el derecho a la mujer de disponer de su cuerpo libremente? Obviamente:
Artículo 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su
persona.
En conclusión, esta ley vulnera el Artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos al privarle a la mujer de su libertad, contraviniendo a su vez el Artículo 10.2 de la Constitución Española, por lo que esta ley es, por tanto, inconstitucional.
Esta es la interpretación que hago de los derechos mencionados, por lo que es posible que me equivoque (si es así me gustaría que me corrigiesen). Pero si en verdad estoy en lo cierto entonces estos señores que enarbolan la Constitución siempre que alguien intenta discutirles algo deberían salir corriendo a "abortar" esta ley, pues el no hacerlo sólo demostrará lo que realmente son: un residuo persistente de la peor época de España.